Las nuevas tecnologías sumadas a la globalización se han convertido en el motor del cambio de las organizaciones e, incluso, de los organigramas empresariales. Las distintas y nuevas necesidades que ambos elementos han supuesto para los mercados requieren un modelo de gestión que sea capaz de absorber las nuevas demandas.
En la actualidad, el intercambio de bienes y servicios que conforma el mercado exige un sistema de control más exhaustivo en cuanto a la información. Sobre todo, porque las empresas manejan un mayor volumen de datos y a un nivel superior. Además, cada vez es más importante que las empresas se doten de sistemas de seguridad para salvaguardar la privacidad y los datos confidenciales para evitar su exposición al exterior.
Controller, visión estratégica y operativa
Por otro lado, afrontar la gestión de estos cambios en las necesidades y en el tratamiento de la información, está dando lugar a la aparición de nuevos departamentos en los staff. Es aquí, donde la figura actual del Controller, con una clara visión estratégica y operativa sumada a sus conocimientos financieros, cobra relevancia.
Hoy, las empresas necesitan poder generar un aprovechamiento de los procesos y los recursos de manera eficaz con el fin de alcanzar los objetivos fijados por la dirección. En el desarrollo de esta tarea, el Controller juega un papel fundamental, pero también como apoyo en la toma de decisiones gracias a la visión transversal que tiene de la organización.
Evolución de la posición de Controller
Si nos fijamos en los modelos antiguos de gestión, el contable se encargaba de obtener información cuantitativa y de desarrollar una labor numérica, pero no incidía en la parte cualitativa de la gestión empresarial. En ese momento, y con la situación coyuntural, esta labor era suficiente para llevar el control de la empresa a pesar de que no estaban preparados para hacer frente a los cambios del mercado.
De contable a financiero
Con el paso del tiempo, esta figura fue evolucionando hasta desarrollarse como un profesional más especializado, conocido como financiero. Aún así, este perfil no estaba enfocado a la evolución de los cambios que podrían tener los mercados.
Un nuevo avance se produjo con la globalización, que trajo consigo las transacciones de gran escala a nivel mundial. En este momento, surge una necesidad de control que en los modelos anteriores no se contemplaba y que el financiero no cubría en su totalidad. Asimismo, se empezó a tener en cuenta la parte cualitativa de la gestión, dando importancia a la parte económica o numérica, pero sin dejar de lado la parte de la planificación, control y seguimiento.
Controller financiero
Se trata de un avance de gran relevancia. Tras el cambio del modelo, despunta la figura del Controller financiero. Este profesional disponía de formación en contabilidad, finanzas, ofimática y fiscalidad de la empresa, es decir, tenía una visión dirigida a la parte financiera de la organización.
El nuevo perfil de Controller
Como respuesta a la demanda de los mercados, que exigían un control no solo de las finanzas sino de toda la empresa, puesto que todas las áreas en su conjunto afectan a su funcionalidad, surgió un nuevo perfil de Controller. Este profesional es el que conocemos hoy día, que se caracteriza por disponer de una visión estratégica de la organización, por su apoyo en la planificación, por su labor de asesoramiento y por su soporte en la toma de decisiones de la dirección e incluso de otros departamentos.
Además, la cualidad más valorada del Controller en estos tiempos es su capacidad de conocer todo el entorno y funcionalidad de las diferentes las áreas que conforman la empresa. Precisamente, este conocimiento les capacita para afrontar uno de los factores más importantes en situaciones de alta incertidumbre como la actual: los cambios constantes que requiere el mercado.
Las nuevas tecnologías, que procuran una mejora relevante en la obtención de datos, permite que el Controller disponga de más tiempo de análisis. Pero también le exige unos conocimientos cada vez más sofisticados en esta área.
Las empresas, durante toda su vida, van a enfrentar situaciones inesperadas de cambios derivadas de la situación económica de su entorno, de las diferentes etapas por las que pasarán en su proceso de crecimiento o por cualquier situación que propicie la necesidad de ajustarse a los movimientos del mercado. De aquí que deban estar preparadas para soportar el golpe y saber cómo gestionarlo para que los efectos se reduzcan a la mínima expresión.
El Controller es el responsable de proporcionar la pauta a seguir, así como de facilitar una visión analítica de la información de manera objetiva para poder anticipar cualquier situación que haga tambalear la continuidad de la empresa.
Anticiparse a los hechos
Con la situación actual que vivimos, queda claro que hay que adaptarse a las circunstancias y que es imposible anticipar todo lo que va a ocurrir. No obstante, hay que trabajar en anticipar todo lo que se pueda predecir. Si somos capaces de adelantarnos y estar preparados, al menos para encarar las situaciones predecibles, estaremos ante una posición estratégica mucho más favorable que si obviamos esa variable en nuestro modelo de gestión.