Riesgo y empresa van de la mano. Desde el mismo momento de su fundación, cualquier compañía debe asumir unos riesgos si quiere alcanzar sus objetivos, pero también debe ser capaz de identificarlos, medirlos y gestionarlos. Una tarea en la que el Controller tiene un papel capital. Más aún en un momento como el actual en el que el foco está puesto en la crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19. La pandemia ha dotado de mayor complejidad e incertidumbre al entorno en el que operan las empresas convirtiendo la planificación y la gestión de los riesgos en una prioridad.
Peter Drucker, con su excepcional talento, ya comprimió en una certera frase la importancia de la planificación. “La planificación a largo plazo no es pensar en las decisiones futuras, sino en el futuro de las decisiones presentes”, advirtió el que está considerado padre del management moderno y fue el más influyente observador de la realidad empresarial del siglo pasado.
Lo cierto es que la actual pandemia, aunque ha provocado un cambio en los paradigmas, también ha generado una aceleración de tendencias, entre ellas, la transición energética y la descarbonización de la economía cuyo impacto es muy positivo. Ambas conforman uno de los pilares sobre los que se asienta la recuperaciónn de la economía poscovid en Europa. Desde Bruselas se ve con buenos ojos la resiliencia que ha demostrado el sector de la energía y su alineación con los objetivos de lucha contra el cambio climático, ámbito en el que las renovables tienen un papel protagonista.
Controller y gestión de riesgos
En este contexto, la complejidad de la actividad empresarial y la materialización de eventos de riesgos relevantes han colocado el foco en la gestión de riesgos, actividad en la que los Controllers tienen mucho que decir. Esta figura reúne habilidades de gran importancia como la visión a medio y largo plazo, la capacidad de análisis o la anticipación, que la ubican en una posición inmejorable para aportar valor a las organizaciones.
Los profesionales del controlling, junto con los responsables de gestión de los riesgos, deberían buscar una metodología que permita reducir la exposición al riesgo, determinando límites para su exposición y creando controles e indicadores de riesgos potenciales para estar prevenidos y poder anticiparse.
Características del sector eléctrico
En un mercado como el eléctrico, con unos precios tan volátiles y un entorno tan competitivo, disponer de una estrategia que permita mitigar el riesgo de los precios, aportando cierta estabilidad y que sea capaz de predecir los ingresos, es una necesidad. Además, aporta, sin duda, una ventaja competitiva.
El mercado del pool eléctrico está gestionado por el Operador del Mercado Ibérico de Energía-Polo Español (OMIE) y se articula a través de una sesión diaria y seis intradiarias. En la diaria, se presentan ofertas para las 24 horas del día siguiente, mientras que las intradiarias se van convocando a lo largo del día anterior y durante el propio día de entrega y suelen cubrir cambios de previsiones de compra-venta.
Diversificar para ganar
Una forma de cubrirse de este riesgo es desarrollar una estrategia basada en la diversificación. La idea es dividir la producción total y venderla en distintos horizontes temporales. De forma muy resumida, puede explicarse de la siguiente manera:
- Las previsiones de precios en el corto plazo permiten optimizar las ofertas en el mercado diario, lo que supone una ventaja competitiva y permite maximizar los ingresos.
- Las previsiones de medio plazo sirven para cubrir las posiciones en los mercados de futuros. Para ello, necesitamos disponer de distribuciones de probabilidad de los precios en el futuro.
- Para para vender energía en el largo plazo, podemos firmar un Power Purchase Agreement (PPA), que es un acuerdo o contrato de compraventa de energía a largo plazo entre un desarrollador renovable y un consumidor, o bien, presentarnos en una subasta pública. Es necesario disponer de previsiones de precios horarios que cubran la mayor parte de la vida útil de la planta de generación para estimar el precio capturado y los ingresos.
Identificación de riesgos
Relacionado con el riesgo del precio, aparece el riesgo del volumen de producción, que se puede acotar si se dispone de previsiones confiables de la misma. No obstante, íntimamente relacionado con el volumen de producción encontramos el riesgo operacional. Es necesario cuantificarlo, dado que este sector cuenta con activos productivos susceptibles de fallar y generar pérdidas económicas y daños medioambientales. Las paradas programadas o no programadas, conllevan una serie de costes de mantenimiento que podrían llegar a minorar la producción de manera significativa.
Medidas a tomar
Una vez que los riesgos más significativos están identificados, la empresa ha de revisar los controles existentes y decidir si es necesario tomar más acciones. Esta fase implica aceptar o no el riesgo, de manera que podemos:
a) Tomar la decisión de transferirlos a un tercero. Por ejemplo, se pueden transferir los riesgos asociados a la construcción de la planta de generación a la empresa constructora o los asociados a los costes de operación al operador.
b) Tratar de mitigarlos tomando medidas reactivas o preventivas. Introducir mejoras en prevención y mitigación encaminadas a evitar accidentes y a minimizar el daño ocasionado o realizar inspecciones más rigurosas y frecuentes en activos críticos.
c) Si fuese posible, eliminar la actividad que está generando ese riesgo.
Seguimiento y control de riesgos
Finalmente, para el seguimiento del modelo de gestión de los riesgos, es necesario contar con indicadores que permitan anticipar su evolución, que deben ser revisados periódicamente. Algunos ejemplos pueden ser mermas del producto en el transporte de mercancía, siniestros sufridos en activos importantes o descontrol sobre los pedidos de mercancía.
Es el momento de poner en valor la figura del Controller en las comparáis eléctricas, puesto que sus aportaciones en este proceso pueden ser cruciales y marcar la diferencia en un mercado tan competido.
Pensar en grande
Hay una frase del filósofo y ensayista español José Ortega y Gasset con la que estoy muy de acuerdo y resume la estrategia a contemplar por este sector de cara al futuro: “Solo es posible avanzar cuando se mira lejos, solo cabe progresar cuando se piensa en grande”. Los cambios en la vida son automáticos, pero el progreso hay que trabajarlo. Dicho esto, me parece clave aprovechar el impulso de las nuevas tecnologías, que se materializan en nuevos nichos de mercado. Los que están despertando mayor interés son la eólica marina u offshore, el hidrógeno verde o el almacenamiento de energía.