La inteligencia artificial es, sin duda, la próxima gran revolución tecnológica. Defensores y detractores surgen por doquier. Los partidarios defienden su potencial de generar beneficios significativos en la mayoría de las áreas del entendimiento y la razón, mientras que los detractores consideran que hay que poner límites a esta tecnología y auguran un impacto negativo inmediato, en especial, en el área laboral.
En este sentido, varios expertos han planteado que, incluso en un futuro no tan lejano, los robots pasarán a integrarse en el mercado laboral mundial y serán los que soporten en un porcentaje significativo la carga tributaria y recaudadora que servirá de financiación para aquellos humanos que hayan sido “expulsados” del mercado laboral.
¿Amenaza o apoyo para el control de gestión?
Pero, ¿estos negativos augurios se ciernen también sobre el Controller?, ¿la inteligencia artificial (IA) es una amenaza para la función?
El físico teórico, astrofísico, cosmólogo y divulgador científico británico, Stephen Hawking, ya advirtió que “el éxito en la creación de inteligencia artificial sería el evento más grande en la historia de la humanidad. Desafortunadamente, también podría ser el último, a menos que aprendamos a evitar los riesgos”.
Más recientemente, Elon Musk, CEO de Tesla y de SpaceX, también ha expuesto su parecer: “Estoy cada vez más inclinado a pensar que debería haber cierta supervisión regulatoria, tal vez a nivel nacional e internacional, sólo para asegurarnos de que no hagamos algo muy tonto. Quiero decir, con inteligencia artificial estamos invocando al demonio”.
Lo cierto es que más pronto que tarde veremos si estos vaticinios se concretan. De momento, veamos cuál puede ser el impacto sobre la actividad del Controller y si, de verdad, los profesionales del control de gestión debemos sentirnos amenazados.
La IA automatiza las rutinas del Controller
La IA está avanzando de forma imparable en el mundo de las finanzas. Es incuestionable su utilidad en la automatización de tareas rutinarias y repetitivas y, sobre todo, en su capacidad para procesar datos. Es una evidencia que los algoritmos de IA pueden analizar un gran volumen de datos y pueden proporcionar información valiosa en todos los ámbitos del control de gestión. Muchos Controllers hacemos uso de ella en nuestras rutinas laborales cotidianas utilizándola, sin ir más lejos, en la confección de informes y para la obtención del dato, que tan relevante es hoy en nuestro día a día.
Se estima que a medida que el desarrollo de la IA avance, una parte de las tareas propias del Controller podrán ser desarrolladas con eficiencia y agilidad por sistemas de IA más autónomos. Por tanto, si tenemos en cuenta esta apreciación podríamos pensar que nos puede conducir a una reducción de puestos de trabajo y, por ende, podría conllevar que muchos profesionales que no sean capaces de reevaluar sus habilidades y roles puedan tener problemas y sentirse amenazados. Pero nada más lejos.
Soluciones ante el reto de la IA
La figura del Controller opera históricamente en tres dimensiones. Por un lado, contempla la eficiencia económica; por otro, considera la eficiencia de uso de los recursos disponibles y el control y la planificación estratégica de la empresa; y, por último, de forma más reciente se ha sumado la dimensión disruptiva, que viene derivada de la nueva era digital. En este caso, ya no es suficiente con obtener y analizar datos, ya que los Controllers tenemos la obligación de aportar y plantear soluciones ante los nuevos retos, como lo son, por ejemplo, la aparición de la IA y las disrupciones del mercado.
Desarrollar destrezas cognitivas
El rol del Controller en la actualidad está enfocado a la toma decisiones, a la interpretación de la información obtenida y a la aplicación de un juicio profesional en la resolución de problemas. Así, para su desempeño son necesarias habilidades y destrezas cognitivas, todas ellas intrínsecas a la concepción humana, tales como la intuición, el liderazgo, el pensamiento crítico, la empatía o la creatividad. La adquisición de este tipo de competencias es lo que le procura un papel cada vez más relevante dentro de las compañías y le convierten en impulsor y generador de innovación. Sin duda, todos estos atributos son inalcanzables para la IA, al menos en la actualidad…
Por tanto, la IA no debe ser entendida por el Controller como un riesgo para su empleo o desarrollo profesional, sino como un desafío de lo que se conoce como entorno BANI (brittle, anxious, non-linear and incomprehensible). Continuamente, los profesionales del controlling nos enfrentamos a situaciones con las que no estamos familiarizados. La incertidumbre es un terreno en el que tenemos que aprender a movernos sin generar ansiedad ni incomprensión, como sucede con la IA a pesar de su enorme utilidad en nuestro trabajo.
Resiliencia y creatividad
La clave para afrontar este tipo de entornos es construir soluciones resilientes, diseñando sistemas sólidos basados en las personas y, por supuesto, aceptar las novedades que llegan. También es fundamental apoyarnos en la creatividad y la intuición, así como adquirir las habilidades relacionadas con la IA e implementarla en nuestro desempeño laboral, entendiéndola como un aliado, no como un riesgo o un competidor.
Integrar la IA de forma ética y responsable
Por tanto, se puede concluir que, en términos generales, el profesional del control de gestión y, de manera más específica, los Controllers no debemos sentirnos amenazados respecto de los avances actuales y futuros de la IA. Al contrario, debemos ser capaces de abordar este desafío de manera ética y responsable para garantizar una integración adecuada de la IA y maximizar sus beneficios mientras se minimizan sus riesgos. Tan sólo aquellos profesionales que no sean capaces de adaptarse a este nuevo entorno dinámico podrán observar a la IA como una amenaza real que ponga en entredicho su valía.