La capacidad de liderazgo del Controller es un factor determinante de su éxito en la organización. Sin duda, la capacidad para influir, motivar y guiar a otras personas es una de las competencias con más valor y más difícil de poner en práctica. Seguir la estela de personalidades como Mahatma Gandhi, Winston Churchill, Nelson Mandela o Martin Luther King, que fueron claros ejemplos de líderes que gozaban de grandes dotes de oratoria y poder de motivación, es un gran desafío. En la actualidad, cientos de coaching y asesores intentan proporcionar esta habilidad e, incluso, existen escuelas y universidades para desarrollar las capacidades de los ahora llamados influencers.
El líder, ¿nace o se hace?
En este punto, siempre surge la duda de si el líder nace o se hace. En el pasado se extendió la creencia de que algunas personas nacen líderes y poseen cualidades inherentes a su ser que inducen a otros seres a seguirlos. Incluso una eminencia como el filósofo griego Aristóteles se aproximaba a la teoría de las cualidades innatas cuando dijo que “desde la hora de su nacimiento, algunos hombres están señalados para obedecer y otros para mandar”.
Sin embargo, al referirse al entendimiento, el propio Aristóteles aseguraba que “cuando el hombre nace no dispone de ningún contenido mental, por lo que entendimiento no tiene nada hacia lo que dirigirse: es a través de la experiencia como se va nutriendo el entendimiento”.
Liderazgo, capacidad innata
Lo cierto es que el origen del liderazgo ha sido objeto de debate en ámbitos como el de la Psicología, la Sociología y la Ciencia Política y, en todos, se encuentran argumentos válidos en ambos sentidos. Por ejemplo, la Teoría de los Rasgos establece que “el liderazgo es algo innato: se nace líder” y, en efecto, algunas personas pueden tener ciertas características innatas que les disponen para ser líderes.
De hecho, se puede observar a edades muy tempranas en la guardería o en el colegio que esta habilidad se encuentra presente en algunos niños que son capaces de ejercer una influencia significativa sobre sus compañeros o, incluso, sobre sus profesores. Estas características pueden incluir habilidades y destrezas como el carisma, la inteligencia emocional y la capacidad de guiar y asumir roles de mando en situaciones grupales. Sin embargo, tener estas cualidades no garantiza un desarrollo del liderazgo en la edad adulta.
Aprendizaje y experiencia para ser un líder
Por su parte, la Teoría del Comportamiento invita a pensar que, si bien existen “líderes naturales”, el liderazgo puede ser adquirido en base a experiencias, práctica y disposición. Los diferentes retos y desafíos a los que uno se enfrenta permiten al individuo adquirir habilidades y capacidades de superación de obstáculos y resiliencia, cometiendo errores y afrontando fracasos. Es decir, es posible adquirir esta habilidad mediante el aprendizaje y la experiencia.
¿Soy un buen líder?
Otra cuestión que muchas personas se plantean en algún momento de su trayectoria profesional es si realmente están preparadas para liderar con éxito y, de no estarlo, si serán capaces de desarrollar esa habilidad. Es habitual que esta pregunta surja en entornos de incertidumbre a la hora de enfrentarse a nuevos retos en los que se exige dirigir y guiar a un grupo de personas con un fin determinado, como el desarrollo de un proyecto o la consecución de unos objetivos.
Un autor de gran reputación en temas de liderazgo, como el conferencista y escritor estadounidense John Maxwell, que ha escrito más de 80 libros que se centran en esta competencia, ofrece dos definiciones de liderazgo dentro de una organización. Por un lado, asegura que “los buenos líderes son quienes logran que los grupos y equipos de trabajo que dirigen desempeñen un rendimiento superior”; por otro, expresa que “los buenos líderes lo son no por su poder, sino por su habilidad para motivar a otras personas”.
Controllers con habilidades personales
En la actualidad, las organizaciones se encuentran en un entorno complejo de alta incertidumbre en el que hay que afrontar importantes disrupciones con las que es posible sentir preocupación y ansiedad. Por este motivo, las compañías, a la hora de solicitar perfiles en el ámbito del control de gestión, no sólo demandan profesionales con acreditadas habilidades técnicas o hard skills, sino que priman a los candidatos que son capaces de desarrollar habilidades personales e interpersonales.
Entre estas soft skills, destacan la proactividad, la comunicación sinérgica o el carisma, por ser las competencias que les habilitan de herramientas de impacto y persuasión para dirigir a sus equipos y al conjunto de la organización hacia el éxito, incluso en situaciones de estrés en entornos cambiantes desfavorables. Y es que un liderazgo sin resultados, conlleva el fracaso.
Liderazgo, crucial para el Controller
En el pasado, la figura del Controller se centraba principalmente en procesos presupuestarios, seguimientos de control de costes y reporting, focalizando su análisis sobre resultados ya obtenidos. Con posterioridad, este rol comienza a tener mayor relevancia dentro de la organización. Empieza a ser un referente para otros departamentos como canalizador de información y a participar en la planificación de la estrategia de negocio con la alta dirección. A partir de este momento, es cuando el liderazgo pasa a ser una característica crucial para el Controller, puesto que le habilita para servir de engranaje entre las distintas áreas y para liderar el flujo de comunicación a todos los niveles dentro de la organización, aportado una visibilidad global y transparente.
En la etapa actual, en la que el Business Intelligence y el Business Analytics se han transformado en una pieza fundamental de las compañías, el papel del Controller ha alcanzado aún mayor relevancia al convertirse en el “traductor” del análisis e interpretación de datos entre el departamento de Data Science y la gerencia, o actuando él mismo como Data Scientist de la compañía. Una posición en la que el Controller no sólo deberá aportar sus conocimientos técnicos, sino también su capacidad de liderazgo.
Guiar e influir en la consecución de objetivos
Se puede concluir que el liderazgo puede considerarse, en cierta medida, una condición inherente de la personalidad, pero para llegar a ser un líder y gestionar equipos dentro de la organización es necesario perfeccionar esta habilidad mediante la experiencia y el aprendizaje. Los Controllers debemos servirnos de la visión global y transversal que tenemos del negocio para servir de apoyo a la dirección y a los distintos departamentos de la organización. También hemos de incidir en nuestra capacidad para guiar, influir y dirigir a los miembros de nuestro equipo y de la organización dentro de nuestro ámbito de acción a la consecución de objetivos y metas comunes.
Controller, fuente de inspiración
No hay que olvidar que un buen liderazgo del Controller puede inspirar al resto de empleados, fomentar la innovación, mejorar la productividad y fortalecer la cultura de la organización y, hoy más que nunca, los Controllers tenemos esa responsabilidad. Las direcciones de las compañías deben aprovechar nuestro conocimiento del negocio, nuestra visión global, analítica y estratégica y enfrentarnos al desafío de ser una de las personas clave en las organizaciones modernas siendo capaces de liderarlas.
Juan Francisco González Ramos
Senior Controller en el sector Real Estate. CCA Certificate®