Global Chartered Controller Institute, GCCI, presentó el pasado viernes el estudio la Radiografía del controller en la empresa española 2016 junto a KPMG y Microsoft, y en colaboración con de [PM] Partners e ICADE Asociación.
El objetivo del estudio es obtener un mejor conocimiento de los profesionales del control de gestión en España. En esta segunda edición del estudio se han analizado en profundidad las habilidades y capacidades más destacadas del controller con el fin de reforzar el posicionamiento y la presencia de éste rol estratégico dentro de las organizaciones. En la actualidad, el 41% de las empresas no cuentan con un departamento exclusivamente de control de gestión, aunque con el tiempo va ganando peso por su importancia a la hora de la toma de decisiones. Por ello, es una función con gran recorrido en las empresas españolas en la medida que se constituyan como el business partner de las organizaciones, y capaces de analizar el pasado, gestionar el presente y mejorar el futuro
El estudio refleja que para ser un buen controller es necesario conocer en el que opera su empresa como así lo manifiestan el 80% de los encuestados. Otra de las conclusiones más relevadoras es que el 62% de los controllers consideran que las habilidades personales son más importantes en el desempeño de la función que los propios conocimientos técnicos. Respecto a estos últimos, el 57% de los encuestados creen que el reporting es la habilidad técnica más desarrollada. También piensan que manejan con mucha fluidez las herramientas relacionadas con la planificación el forecasting, costes analíticos y presupuestos. Es decir, que los controllers dedican gran parte de su tiempo a extraer y procesar los datos de la compañía, aspecto que consideran muy negativo pues, no aporta soluciones ni mejora la gestión de las empresas. Sin embargo, en la medida en que el controller transforme estos datos en información para mejorar e influir en la toma de decisiones, estará aportando un gran valor.
El controller por lo general suele ser un perfil masculino con edad media entre los 35-45 años y con unas responsabilidades enfocadas hacia un control de gestión de negocio, más que al área financiera propiamente dicha. Un gran hándicap que se ha identificado en este estudio es que aunque exista un gran control sobre las herramientas de reporting, no es así con las herramientas técnicas de información (BI y ERP), las de planificación, control y forecasting, que les permitiría a los controllers ser más eficientes en cuanto a una previsión más fiable del futuro.
A pesar de dedicar gran parte de su tiempo a canalizar la información, el controller debe mejorar sus habilidades de negociación e innovación puesto que la gran mayoría no considera que estos sean sus puntos más fuertes, aunque sean quienes más conocimientos tengan sobre el negocio en el que opera su empresa además de tener una visión estratégica muy desarrollada.
En cuanto a la gestión de equipos, los controllers son buenos comunicadores y tienen una orientación clara hacia el cliente interno gracias a sus habilidades relacionales e intermediadoras ante cualquier situación. Aunque el 47% de los encuestados considera que deberían mejorar su capacidad de liderazgo para tener más influencia en la organización y agilizar los procesos de cambio.
Las competencias personales que caracterizan a esta figura en general son la planificación y el orden, así como la flexibilidad, la inquietud y la adaptación al entorno. Si se analiza en detalle, el controller financiero tiende a ser más flexible, preciso y ordenado, mientras que el controller de negocio es más predictivo, valora más la calidad del trabajo y la gestión del tiempo; siendo estas últimas las áreas que más habría que mejorar.
El controller dentro de la organización tiene un gran impacto, no solo por su credibilidad y confianza que lleva asociada su figura, sino también porque es quien tiene capacidad de representar a la empresa en las situaciones más críticas y guía hacia el cumplimiento de metas concretas y efectivas. Esto va ligado a la importancia que cobra el departamento de control de gestión en una empresa, pues el impacto de estas personas es más probable en aquellas que apuestan más por éste área en concreto.
Una de las características más importantes del controller es la capacidad de liderazgo debido a su figura como catalizador del cambio. Se distinguen seis estilos de liderazgo, haciendo una diferenciación entre los resonantes que son los relacionados con las emociones y el bienestar del equipo, y los disonantes que no conectan con las emociones de las personas generando un estado de malestar en el grupo. Entre los diferentes estilos, el visionario y el democrático son los más presentes a la hora de liderar equipos siendo del tipo resonante pues, aunque el controller no tenga un control absoluto sobre las personas que gestiona, siempre necesitará su apoyo y ayuda pues persiguen siempre un objetivo común.
Los Chartered Controller Analyst, CCA Certificate®, se pueden descargar el estudio completo en la sección de documentos de esta intranet.