El impacto empresarial de la implementación de los criterios ESG es otro de los grandes desafíos de los Controllers. La octava edición del Controller Centricity, organizado por el Instituto de Controllers (GCCI), ha tratado cómo están afectando los cambios regulatorios que se están produciendo en este ámbito y donde la automatización se presenta como una ayuda imprescindible en la realización del reporting.
Sergio Solares, socio director de la consultora especializada en control de gestión BP&C y patrocinador del evento, y Paula Ordóñez, directora de ESG y Sostenibilidad en la consultora inmobiliaria Savills España, han acercado su experiencia a los más de mil asistentes españoles y latinoamericanos que han participado en el evento de forma presencial o en línea.
El Controller debe estar en el centro del proceso
Solares ha indicado que las nuevas regulaciones, cada vez más exhaustivas, suponen también una nueva forma de ver el reporting y obligan a considerar “el dato desde una visión de gestión de procesos” y, por tanto, a tratarlo de forma automatizada a través de nuevas herramientas.
Para iniciar un proyecto de automatización de esta área, el experto advierte que el primer paso es definir el proceso; luego, contrastarlo para que esté alineado con la estrategia y los objetivos empresariales; y sólo después, implementarlo. Considera que el “Controller debe estar en el centro de este proceso por ser el copiloto de la dirección general”.
Automatizar el reporting impacta en los resultados
En su opinión, una vez automatizado el reporting, “si se dispone de la tecnología para poder medir el impacto y los costes de implementar los criterios ESG, es probable que mejoren los procesos, por tanto, los costes y el rendimiento y, como efecto de todo, los resultados de la compañía”.
Efectos de la nueva directiva europea CSRD
Por su parte, Ordóñez ha enfocado su intervención en los criterios para definir los nuevos KPI de sostenibilidad para cumplir con la directiva europea CSRD que, en 2025, aplicará a la mayoría de las empresas. Una norma que establece las pautas de reporting corporativo aunando el reporting financiero con aspectos no financieros como el medioambiental, social y de gobernanza.
“Europa se ha dado cuenta de la necesidad de aunar todos estos criterios a través de normativa, que se recoge a través del Pacto Verde”. Así, ha definido una taxonomía de actividades sostenibles y, a partir de aquí, ha establecido dos normas, una dirigida al mundo financiero y, otra, denominada Directiva de Informes de Sostenibilidad Corporativa (CSRD) para al resto de corporaciones. Esta última obliga a las empresas a publicar cuán sostenibles son y determinados KPI de rendimiento de sostenibilidad, ha explicado la experta.
La directiva europea va a afectar a más de 50.000 empresas, contiene más de mil data points a reportar, así como toda la cadena de valor, aspecto que para Ordóñez “sí que va a ser un reto”. Además, la homogeneización que se pretende va a requerir automatizar el reporting.
La sostenibilidad implica mejora continua
La experta ha explicado el nuevo modo en que habrá que realizar este informe y ha facilitado las claves para que la implementación sea un éxito. “El concepto de sostenibilidad implica mejora continua siempre que se planifiquen de forma realista la inversión económica, en equipo y en tecnología. Hay que ser ambiciosos, pero también pragmáticos, analizando hasta dónde llegar sin comprometer la sostenibilidad de la empresa”.