Desde sus comienzos, Global Chartered Controller Institute (GCCI) defiende la posición del Controller como socio estratégico de la empresa. Un mensaje que ya está calando en las organizaciones y en el que se avanza cada día. La quinta edición del Controller Centricity ha puesto de nuevo el foco en este asunto con la participación como ponente de Clemente Hernández, socio y fundador de Charm Hunters.
Hernández, que tras su paso por la auditora EY se forjó como Controller en Loewe, también conoce la posición de CEO tras su paso por la firma de joyería Aristocrazy perteneciente al Grupo Suárez. Su capacidad didáctica la ha desarrollado como profesor de ICADE y ha quedado patente en su conferencia. Ha lanzado cuatro mensajes claros y directos a los cerca de 2.000 Controllers de España y Latinoamérica que han seguido en streaming el congreso anual de la profesión.
Controller, figura que más sabe del negocio
En primer lugar, ha destacado que el profesional de control de gestión es quien más sabe del negocio. Y ha invitado a los asistentes a compartir este conocimiento, puesto que su labor es «maximizar los momentos buenos de la organización y ayudar en los que no lo son tanto». Si el CEO es el cliente VIP, no hay que descuidar al resto de directores que ocupan posiciones similares en el staff ni al resto de estamentos y equipos. «Hay dar un buen servicio a toda la organización», aconseja, porque es la forma de darse a conocer entre todos los miembros de la empresa.
Hacerse entender por toda la organización
Una segunda idea lanzada por Hernández, que entronca con la filosofía de GCCI, es la necesidad de que el Controller debe desarrollar habilidades blandas para comunicarse con el conjunto de la organización. «Nadie conoce mejor que los Controllers los entresijos del negocio, pero tienen que ser capaces de transmitir ese conocimiento, de hacer una labor didáctica para que la organización entienda el negocio y pueda hacer mejor su trabajo».
Posibilidad de promocionar a otras posiciones
La capacidad del Controller de evolucionar hacia otros perfiles es la tercera de la cuestiones que plantea el ejecutivo. Y esto es así porque «nadie entiende el negocio mejor que nosotros, lo que nos permite hacer el trabajo de otras personas dentro de la organización». Un ejemplo es el propio Hernández que ha ocupado posiciones en el área comercial y como máximo directivo. Sin embargo, esta posibilidad solo funciona en esta dirección. «Estáis en una posición privilegiada para promocionar vuestra carrera profesional».
Inteligencia de Negocio
Por último, animó al auditorio a debatir sobre la conveniencia de cambiar la denominación de la función de Control de Gestión por la de Inteligencia de Negocio. «Creo en la fuerza de las palabras y de los nombres y Controller suena a lo que es. No gustamos en las empresas porque a los que damos servicio lo perciben como un control. Pero, en realidad, señalamos oportunidades y alertamos de los riesgos». Así, Hernández invita a la profesión que tome nota de la tendencia en este sentido y señala a modo de ejemplo el cambio de denominación del departamento de selección por el de adquisición de talento.